Didascalias

El comedor de una lujosa casa. Al comenzar la acción, Emma está sentada en un sillón leyendo una novela. Entra Peter.

Peter: Buenos días, Emma. (Camina con el paso lento de los traidores, con la morosidad de los que habiendo decidido cometer un acto brutal esperan, sin embargo, que una circunstancia fortuita venga a redimirlos a último momento. Se va acercando a Emma como para decirle algo, pero luego retrocede, horrorizado ante sí mismo. Con ambas manos se toma la cabeza y se mira en un espejo francés, que otras veces lo ha reflejado en compañía de amantes ocasionales. Peter se retira del espejo, tal vez avergonzado de los innumerables adulterios que ha llegado a cometer en esa misma sala. Caviloso, mete las manos en los bolsillos de la chaqueta y vuelve a acercarse a Emma. De pronto se detiene. Con aire espantado saca del bolsillo derecho una carta. Comienza a romperla, pero luego se arrepiente y la guarda. Es evidente que se trata de la carta que esa misma tarde le ha escrito Adelia, la mucama. Como si temiera que Emma fuera a darse cuenta de que en aquella carta figura el plan detallado de su asesinato, Peter introduce el papel hasta el fondo del bolsillo de su chaqueta. Una chaqueta cara, típica de quienes habiendo tenido un origen humilde se han casado por dinero con una mujer a la que no amaban. Peter saca un pañuelo manchado de rouge y se seca la transpiración. De su bolsillo cae un cuatro de copas. Peter lo recoge apresuradamente, temiendo que Emma vaya a sospechar que ha estado jugando y perdiendo durante muchos años y que ahora solamente podrá salvarlo una herencia afortunada. Disimulando su inquietud, sonríe.)

Emma: Buenos días, Peter. (Mira al público como expresando que ya está en antecedentes del siniestro plan que se prepara en su contra. Sonríe con la superioridad de las mujeres que han tomado hace poco un nuevo amante.)

Adelia: (Entra con una bandeja y dos copas llenas. Tiene en su rostro la expresión inquieta de las mucamas que tienen con su patrón una historia demasiado profunda. Deja las bebidas sobre una mesita. Mira hacia todos lados, como si temiera que alguien pudiera descubrir que una de las dos copas está envenenada. Mete las manos en el bolsillo de su uniforme y suspira profundamente, como satisfecha de saber que allí tiene los dos pasajes del avión que a la mañana siguiente habrá de conducir al Caribe a ella y a Peter. Se retira).

Emma: ¿Brindamos? (Con la crueldad soberbia de los que han ingerido un antídoto que los pone a cubierto de cualquier veneno.)

Peter: Salud. (Bebe la copa hasta el fondo, con la ingenuidad de los que ignoran que el verdadero veneno ha sido puesto en la comida unas horas antes. Se acomoda la corbata que le ha regalado Adelia, en un gesto que le resultara patético si supiera que ambos van morir.)

Emma: (Un poco lánguida porque no ha comido.) Salud. (Bebe poniendo los ojos en blanco, como quien piensa en un joven amante, que es además el cocinero.)


Alejandro Dolina.
Muchas gracias, Pau, por tu colaboración.

9 comentarios:

MAX Y LULA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MAX Y LULA dijo...

Las didascalias son una de las razones por las que es recomendable leer teatro. la otra es Valle-Inclán.

Goldmundo dijo...

No sé por qué salió un comentario como suprimido por nosotros. Pero ni yo ni otro del blog borró un comentario. Queríamos aclararlo nomás. Parece que Blogger nos quiere hacer pasar por censores.

Kluivert dijo...

¡CENSORES!

Siempre me acuerdo de una nota que le hizo Micelli a Dolina, que preguntaba algo y siempre recibía un monosílabo y encima con cara de orto. Explosivo momento.

Anónimo dijo...

Queridisimo Kluivert:

Respondo a tu comentario en "Palabras Vivas".
Todos los dias entro a VMEG con ansias de encontrar esa foto que estremece todo mi ser y poder leer esa bella poesia.
Fue tan grande la alegria al ver ese interes en mi persona.
Sin mas, saluda atte.

Pau

LA CARICATURA EXISTENCIALISTA dijo...

hace tanto tiempo que no leía el poema "Desayuno" de Prevert, que está más abajo, gracias por postear esa genialidad!

Kluivert dijo...

Pau, no puedo creer ser dueño de semejante alegría, al leer que esperás con ansias verme y leerme. Lástima, eso sí, que no contestaste lo que te pregunté sobre vos. Yo también te saludo atentamente (?).

MAX Y LULA dijo...

¡El comentario suprimido es mío! Le dí a enviar antes de terminar de redactarlo y lo tuve que volver a escribir...

Kluivert dijo...

Retiro, entonces, mi acusación para con los administradores de este blog, paladines de la libertad de expresión (?).