Hervé Joncour siguió llevando durante días una vida retirada, dejándose ver poco en el pueblo y empleando su tiempo en trabajar en el proyecto del parque que antes o después construiría.
Llenaba hojas y hojas de dibujos extraños, parecían máquinas. Una noche Hélène le preguntó:
--¿Qué son?
--Es una pajarera
--¿Una pajarera?
--Sí.
--¿Y para qué sirve?
Hervé Joncour mantenía los ojos fijos en aquellos dibujos.
--Se llenan de pájaros, todos los que se pueda, y después, un día en el que suceda algo feliz, se abren sus puertas de par en par y se mira cómo vuelan libres.
Seda, Alejandro Baricco.
La tapa de la edición de Anagrama.
Aportó: P.
2 comentarios:
Espero que no lleguen al hacinamiento.
Un abrazo!
;-)
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