El valor de un libro

Una vez, hace unos cuantos años, cuando iba al colegio todavía, la profesora de literatura nos mandó a leer una serie de cuentos de Borges. Era un listado de seis o siete más o menos.

Como siempre hacía con las cosas de la escuela, dejé pasar todo el tiempo posible para conseguirlos y leerlos, y una vez que llegué al límite, creo que un día antes, me puse en campaña para cumplir con la tarea.

No eran esas épocas de Internet, al menos Para Mí, así que se me complicó bastante el panorama.

Caminando por la calle, me crucé con un amigo, que me vio preocupado y me preguntó por qué. Después de que le conté, enseguida, me dijo que su papá tenía un Obras Completas de Borges, que lo acompañara a la casa para buscarlo.

El papá de mi amigo, mientras escuchaba el asunto, cambió su recibimiento amable por una mirada severa. Cuando, finalmente, accedió a prestarme el libro, entendí por qué sus ojos celosos: "Te estoy dando mi huevo derecho", me dijo, mientras puso el enorme libro en mis manos y, con su vista dura directa a la mía, me hizo entender que me convendría cuidarlo.


Por Arturo Parrilla

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