Se decidió abolir el amor a la naturaleza

Uno de los estudiantes alzó su mano; y, aun cuando comprendía muy bien por qué no se podía tolerar que las castas inferiores malgastasen con libros el tiempo de la comunidad, y que corríase siempre el riesgo de que leyesen algo que pudiese "descondicionar" con peligro sus reflejos,... sin embargo no podía comprender lo de las flores. ¿Por qué molestarse en hacer psicológicamente imposible a los Deltas el gusto por las flores?
Pacientemente, lo explicó el Director de Incubación y Acondicionamiento. Si se hacía que los niños comenzasen a aullar al ver una rosa, era por razones de superior política económica. No hacía mucho (cosa de un siglo), se había acondicionado a los Gammas, Deltas, y aun a los Epsilones, para que amasen las flores en particular y la naturaleza salvaje en general. La idea era hacerles desear ir al campo tantas veces como tuviesen ocasión, obligándoles así a consumir transporte.
--¿Y no consumían transporte?--preguntó el alumno.
--Sí, y en bastante cantidad --dijo el Director de Incubación y Acondicionamiento-- , pero nada más. Las prímulas y los paisajes --observó-- tienen un grave inconveniente: son gratuitos. El amor a la naturaleza no da trabajo a las fábricas. Se decidió abolir el amor a la naturaleza, entre las clases bajas cuando menos; pero no la inclinación a consumir transporte. Pues, por otra parte, era esencial que siguiesen saliendo al campo aunque le odiaran. El problema era hallar para el consumo del transporte una razón económica más sólida que un mero afecto a las prímulas y los paisajes. Al fin se dio con ella. Acondicionamos a las masas --concluyó el director-- para que odien a la naturaleza, pero simultáneamente las acondicionamos para que les gusten los deportes campestres. Y a la vez nos las arreglamos para que todos los deportes al aire libre exijan aparatos fabricados. De este modo consumen artículos manufacturados y medios de transporte. De ahí las sacudidas eléctricas.
--Comprendo-- dijo el alumno, y guardó silencio, mudo de admiración.

Un mundo feliz, Aldous Huxley.

4 comentarios:

Scryptum dijo...

Este libro es simplemente excelente, sin embargo, en uanto a gustos literarios en el genero prefiero 1984. La pagina esta muy bien trabajada, sigan asi!

silvia camerotto dijo...

qué libro maravilloso. qué bueno releer a huxley.

lichazul dijo...

este libro me parece siempre actual
y aunque ya tiene sus años la ciencia ficción relatada no dista mucho de la realidad cada vez más bizarra:-)
un abrazo de paz por estos lados
saludos desde chile fin del mundo
elisa

Anónimo dijo...

Hola:

Acabo de conocer vuestro blog gracias al comentario que colgasteis en el mío. Ahora mismo marcho de vacaciones pero a la vuelta os leeré con más detenimiento y os enlazaré. Un saludo y muy buena pinta lo que he visto por aquí.

David