De allí que me indigne cuando se dice de un hombre que ha vencido: tuvo suerte. Lo que ha sucedido es que ese hombre estaba buscando un agujero por donde escapar. ¿Ha visto usted a un tigre en una jaula? Lo mismo es el hombre que quiere conseguir algo grande. Va y viene frente a los barrotes. Otros se fatigarían. Él no. Va y viene como una fiera. Minutos, horas, meses, años... montones de cuatrocientos mil cuatrocientos minutos... durmiendo y despierto, enfermo y sano. Es como una fiera, va y viene. En cuanto el destino se descuida, la fiera da un gran salto, transpone la muralla, y ya no lo cazan más.
Los lanzallamas, Roberto Arlt.
Como una fiera
Etiquetas: Libros
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